viernes, 10 de abril de 2015

Amanece




Amanece,
comienza una nueva jornada.
De nuevo
el miedo desordenando mis ojos
de pez globo.
Tropiezo y me doy de bruces con un sueño roto,
imposible recogerlo
está aplastado contra el suelo
como un viejo chicle de fresa.
Suena el teléfono.
Me asusta su sonido,
todo mi cuerpo tiembla.
Las malas noticias siempre llegan con él.
Hago como que no lo escucho,
cierro los ojos e intento ver el lado amable
de esas manos que anudan mis tripas.
Todo sucede por algo....
dicen.

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