viernes, 1 de abril de 2016

No intentes ir por la vida lloriqueando




No intentes ir por la vida lloriqueando.
No impregnes a nadie con tu tristeza.
Quédate quieta frente al espejo y
con papel de estraza
líjate la pena,
no tiene que quedar ni una brizna siquiera.
Respira hondo.
Deshazte de lo superficial.
Vístete con una pizca de ternura,
y ponte encima algo que tape
ese dolor que emana de tu pecho.
Guarda en el bolso algo de bondad,
la suficiente para repartir a algún transeúnte
que te encuentres por la calle.
Contribuye con tu sonrisa
a descontaminar el mundo.
Reparte panfletos de esperanza.
Sé una buena ciudadana.

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