A mi madre,
pobrecita,
-en su
ignorancia-
no le
gustaba verme leer
tampoco
quiso que estudiara,
que era
algo inútil, decía.
Que
aprendiera a coser,
a cocinar,
a llevar una casa y,
que así, me
haría una mujer.
Y en eso
estamos:
Soy una
mujer
que cose,
que cocina
que lleva
una casa,
que lleva
una carga
que lleva una casa
que cocina
que cose
que lleva una casa
que lleva una carga
que lleva una casa
que cose
que cocina
Y así sucesivamente
Hasta el fin de los
días,
Si nadie…
Lo remedia
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