Cumplir años es
bueno.
Peor sería no
cumplirlos… dicen.
Y sí, sería
bueno decir
que algo de
razón deben tener.
Pero es tan
duro envejecer así,
sin sentir que
has vivido lo suficiente.
Duele tanto
cuando esa faca
se va
adentrando en uno de tus
patios,
-esos que tanto
has mimado-,
y que de un
zarpazo acabe con
tus lilas,
o con esa
plantita que tanto te costó
que emergiera
de las entrañas.
Sí, estoy
empezando a envejecer.
Todos dicen que
no,
pero sé que es
verdad.
Me lo dice esa
forma que tengo
de mirar a las
cosas.
Esa impaciencia
que me brota
por acariciar a
un niño.
Esa angustia
que me sale del pecho
cuando te
acercas
y mi corazón
implacable duerme.